El melanoma coroideo es una neoplasia maligna que se origina en las células melanocíticas de la coroides. Este tipo de melanoma es la neoplasia intraocular primaria más común en adultos y puede presentarse con una variedad de síntomas, incluyendo visión borrosa, pérdida de visión, destellos de luz y cambios en el campo visual. El diagnóstico se basa en una combinación de examen oftalmoscópico, ecografía ocular, angiografía con fluoresceína e indocianina verde, y tomografía de coherencia óptica (OCT). La apariencia clásica de un melanoma coroideo incluye un tumor elevado con pigmentación variable, a menudo asociado con desprendimiento de retina seroso. El tratamiento depende del tamaño y la ubicación del tumor, así como de la visión en el ojo afectado y puede incluir la radioterapia con placas de braquiterapia, la radioterapia de haz externo, la resección quirúrgica o, en casos avanzados, la enucleación del ojo. El seguimiento estrecho es crucial para detectar metástasis, siendo el hígado el sitio más común de diseminación metastásica.