La retinopatía diabética proliferativa (RDP) es la etapa más avanzada de la retinopatía diabética, caracterizada por la formación de nuevos vasos sanguíneos anormales en la retina, llamados neovasos. Estos neovasos son frágiles y propensos a sangrar, lo que puede conducir a hemorragias vítreas y a la formación de tejido fibroso. Sin tratamiento, puede resultar en complicaciones severas como desprendimientos de retina y ceguera. Las opciones de tratamiento incluyen la fotocoagulación con láser, la inyección de medicamentos anti-VEGF y la vitrectomía para manejar las complicaciones avanzadas.