Retinografía a color donde se observa un nevus coroideo con drusas en superfície paramacular temporal superior en ojo derecho.
Retinografía a color donde se observa un nevus coroideo con drusas en superfície paramacular temporal inferior en ojo izquierdo.
Tomografía de coherencia óptica de nevus ojo derecho donde se observa el nevus coroideo, drusas en superficie y ausencia de fluído subretiniano.
El nevus coroideo es un tumor intraocular benigno frecuente que se encuentra en aproximadamente el 5% de pacientes caucásicos adultos. Los principales riesgos son la pérdida de visión, si es subfoveal, el desarrollo de fluído subretiniano y su transformación en melanoma coroideo. Para predecir el riesgo de transformación a melanoma, debemos prestar atención a si presenta alguna de las siguientes características: grosor mayor de 2mm, la presencia de fluído subretiniano, disminución de agudeza visual a 20/50 o menor, la presencia de pigmento naranja, la presencia del ángulo kappa en la ecografía y/o un diámetro mayor de 5mm.
Según el reciente estudio de DeSimone JD et al, donde se analizaron estas características, se demostró una estimación de Kaplan-Meier a 5 años para la transformación a melanoma, donde los pacientes sin ninguna característica presentaban un riesgo del 1%, con 1 característica del 11%, con 2 características del 22%, con 3 características del 34%, con 4 características del 51% y con 5 características del 55%.