La luxación o subluxación del cristalino puede ser causada por múltiples factores, entre los que se encuentran los traumatismos, la pseudoexfoliación, las enfermedades genéticas como los síndromes de Marfan o Weill-Marchesani, la ectopia lentis familiar o por factores iatrogénicos.
El tratamiento en estos casos consiste en la extracción del cristalino mediante vitrectomía vía pars plana y la colocación de una lente intraocular. Dado que hay una ausencia de soporte capsular, se puede optar por la implantación de una lente intraocular de soporte angular, de fijación iridiana o de fijación escleral. Aunque todas las opciones son válidas, actualmente se suele optar por implantar la lente intraocular en una posición lo más fisiológica posible para evitar complicaciones como la descompensación corneal, el glaucoma secundario o la uveítis. En casos seleccionados, se puede dejar al paciente en afaquia.